Parece que estamos asistiendo a la fiebre del yoga, y seguro que te lo han recomendado si has confesado en tu grupo de amigos que no te sientes en forma o andas estresado/a. No es para menos, pues es una actividad con beneficios avalados por la ciencia a los que se puede sumar cualquier persona, pues presenta un nivel de dificultad gradual.
Dentro de la disciplina se suele hablar del yoga terapéutico como una categoría aparte, aunque sus amplios beneficios nos hacen pensar que el yoga, en su conjunto, es terapéutico sin necesidad de usar este apellido redundante.
Yoga terapéutico: qué es
Si bien el yoga tiene beneficios para cualquier sector poblacional, ya goce de buena salud o padezca algún problema, cuando se enfoca a tratar alguna patología se le suele denominar terapéutico. Así, cada vez se recomienda más entre quienes padecen artrosis, fibromialgia o incluso diabetes, entre otras.
A determinadas edades y cuando se padece alguna enfermedad, la movilidad queda mermada y es necesario que el yoga se adapte. Y ya no solo a los problemas mencionados, sino a un sector poblacional determinado (como la tercera edad o los niños), personas con alguna discapacidad física o quienes tengan algún problema de salud mental.
Al darle el enfoque conveniente, algo que debe hacer un profesional, se hace distinción entre el yoga tradicional, el Hatha, y el terapéutico.
Características del yoga terapéutico
Las sesiones de yoga terapéutico están personalizadas o, al menos, se diseñan y dirigen a grupos reducidos cuyos miembros tienen un problema similar, pues se trata se reajustar los desequilibrios. Es habitual que asociaciones de personas que tienen algo común, como la fibromialgia, soliciten ayuda profesional para hacer ejercicios específicos, lo que tiene además un componente social de apoyo mutuo muy beneficioso.
Las clases tienen también menor intensidad, habitualmente, y no se suelen proponer ejercicios asociados a niveles altos de dificultad a no ser que la progresión del grupo lo permita.
Además, se suele hacer más hincapié en la fase de relajación y meditación, para lo que se pueden usar apoyos habituales como las sillas o la pared.
Si tienes algún problema físico o mental, puedes usar el yoga terapéutico para sentirte mejor, siempre con ayuda profesional. Se requiere también paciencia y constancia.